domingo, 21 de agosto de 2011

El instinto animal

La semana pasada estuve tomándome unos pisco sours con una buena amiga, conversando de todo un poco, filosofando sobre la vida e intercambiando opiniones con toda la franqueza y la libertad que te da el hecho de conversar con una amiga la cual a pesar de ser del sexo opuesto, por el simple hecho de ser sólo amigos, no tienes que intentar impresionar, agradar o conquistar. La conversación fluía y con cada sorbo de pisco sour la sinceridad aumentaba. De repente los dos improvisamos un silencio, corto pero inquietante. -¿Que piensas?  -Cosas -¿Qué cosas? -¿Segura que quieres saber? -Claro que sí, !Dime! -Primero promete que no te vas a molestar y que responderás con la mayor sinceridad. - Hay tú siempre tan misterioso. Ok, lo prometo. -Está bien ahi va: ¿Por qué las mujeres joden tanto? (Esta es a lo mejor la pregunta que se hace todo hombre por lo menos una vez en la vida, desde los principios de la humanidad)

Explotamos en risa. Luego, aclaré.: Mira, lo que quiero decir es lo siguiente: Tú y yo somos amigos y nunca hemos tenido problemas. Nos podemos bromear, burlar el uno del otro, dejar de llamar por días, ser un poco fallas el uno con el otro, como por ejemplo hoy día que me quedé viendo tele y llegué 10 minutos más tarde de lo que acordamos, pero, por el simple hecho de ser sólo amigos, lo pasaste por alto y no hubo problema. Estoy seguro que si tu y to fuésemos enamorados, ya nos hubiésemos peleado unas quinientas mil veces. Sobre todo con lo orgullosa que eres y lo recontra orgulloso que soy yo. Yo estoy seguro que ya nos hubiéramos mandado a la mierda un par de veces por lo menos. ¿Por qué las amigas son tan simples y sencillas cuando son amigas, pero tan complicadas y jodidas cuando son enamoradas? Es algo que simplemente no termino de entender.

Mujer que no jode, tiene pipí, ¿No? jajaja. Bueno la verdad que tienes razón en lo que me dices, te doy toda la razón las mujeres podemos ser muy jodidas, me dijo. (Carajo, el pisco sour es el suero de la sinceridad, pensé.) La verdad es que sí somos jodidas, pero lamento desilucionarte, no tengo idea a qué se debe. Debe ser algo hormonal que te puedo decir, algo "instintivo". Algo así como la viuda negra que mata y se come al macho luego de tener relaciones o la Mantis religiosa que le corta la cabeza al macho durante el apareamiento.


En ese momento recordé claramente el documental que vi cuando era niño sobre éstos insectos tan raros., de apariencia alienígena. El video tardó casi 18 años, en tener sentido. Decía masomenos así: "En los prados del sur de Francia habita una mujer fatal, nos referimos a la Mantis Religiosa Europea. El macho, de menor tamaño que la hembra, la corteja con cuidado por que sabe que ella puede devorarlo. Sin embargo, tiene que reproducirse para poder transmitir sus genes. Durante éste espantozo abraso, lo ùnico que el macho experimientará será el mordizco letal de la hembra. (En ese momento el video muestra cómo la hembra le corta la cabeza al macho) No obstante èste trauma no lo acobarda, el macho continúa apareándose como si nada hubiese sucedido. Al perder la cabeza por una hembra el macho ayuda a alimentar a sus futuras crías. Asombrosamente, estando decapitado, el macho se aparea mejor ya que se mantiene activo debido a un pequeño cerebro situado en la parte posterior de su cuerpo. Esta cópula macabra, puede llegar a durar todo un día. Una vez terminado el acto, el cuerpo desachado del macho tarda un poco en morir." (La hembra arroja el cuerpo decapitado del macho al suelo y éste se sigue moviendo unos segundos más)

Sin lugar a dudas muchos de nuestros comportamientos son también instintivos. He visto a más de un amigo perder la cabeza por una hembra y aún en ese estado mantenerse activo debido a un pequeño cerebro que por coincidencia también tenemos los hombres en la parte posterior de nuestro cuerpo, el cual a pesar de ser de menor tamaño es incluso en algunas ocasiones tan poderoso que influye en nuestras tomas de decisiones sobre todo cuando hay alcohol de por medio.


Me dirigí al baño tras terminarme el quinto pisco sour de la noche. Ahí presencié otra evidencia dirrefutable del comportamiento animal en el hombre, aquel instinto que nace también de la entrepierna: me refiero a marcar territorio con la orina. El baño de los bares y discotecas es el lugar habitual donde los hombres dan rienda suelta a esa necesidad tan poderosa como curiosa: Las manchas de orina que vi esparcidas en casi todo el piso de ese baño miraflorino no son posibles de explicar si no fueron hechas con la finalidad de marcar territorio: se los digo, no se puede mear tan mal ni a propósito.

Me lavé la cara por que me sentía un poco mareado y mientras bajaba las escaleras rumbo al primer nivel, que es donde mi amiga y yo estábamos sentados, empecé a darme cuenta que el bar estaba en esa oportunidad especialmente lleno de guapas mujeres. En ese momento me puse a pensar: "Es una lástima que hayamos perdido con el tiempo ciertos instintos animales, como por ejemplo aquella costumbre tan bonita de saludarnos oliéndonos el culo unos a otros, ¿Por qué se perdió esa costumbre tan divertida?" La respuesta sólo puede ser una: mientras que nuestro instinto animal nos podría impulsar a hacerlo, el instinto de supervivencia nos dice con toda convicción que no lo hagamos.

Existen infinidad de ejemplos que nos demuestran que, sin darnos cuenta, la mayoría de nuestros comportamientos responden a instintos, uno más fuertes que otros. ¿Será que existen algunos casi imposibles de controlar? ¿Será cierto que la mujer es jodida por naturaleza, que lo sabe y aún sabiéndolo no puede hacer nada al respecto? Nos la pasamos el resto de la noche conversando ese tipo de cosas, ella me hizo notar muchos comportamientos típicos de nosotros los hombres que la verdad, nunca me había puesto a analizar. Yo estoy convencido que lo peor que puede hacer un hombre es atraverse a pensar que entiende a las mujeres y viceversa. Conversar sobre nuestras diferentes formas de pensar y actuar a mi me parece entretenido, yo creo que aprendo un poquito más sobre ellas con cada conversación, pero insisto: no busco novia, así estoy bien.